BIENVENIDO.



Bienvenido a mi Blog, en este espacio encontrarás datos e imágenes de invaluable valor histórico de la ciudad de Acayucan, Veracruz. Así como temas que considero son del interés general. Te invito a que expongas ante la opinión pública, narraciones y/o gráficas de sucesos políticos y sociales que enriquezcan nuestra historia local.
Iván Bibiano Landero.

domingo, 2 de agosto de 2015

El cirilismo.

Frente al activismo político de Cirilo Vázquez Lagunes:
"Dentro de la Ley, todo; Fuera de la Ley, nada". FGB.



     En el año 1980 irrumpe en el escenario político de la región Cirilo Vázquez Lagunes, disputándole el control político y económico de la zona Sur al gobernador alemanista Agustín Acosta Lagunes (1980-1986) a través de una impresionante campaña de obra pública. A Cirilo –cuya procedencia de su riqueza era desconocida- se le vinculaba con poderosos grupos de poder, también con el  influyente y gobiernista periodista José Luis Mejías autor de la columna Los Intocables y que se publicaba en el otrora poderoso periódico capitalino Excélsior, además de que contaba con la protección de militares y policías federales.
      Era la época del capo Rafael Caro Quintero, joven narcotraficante que sobresalió en el sexenio de José López Portillo y quien contaba con la protección de la CIA y de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), dependiente de la Secretaría de Gobernación. A su llegada, el alteño Cirilo Vázquez se hizo del control de la Unión de Crédito Rural del Golfo (BANCRUGO) con sede en el Puerto de Veracruz, de la Unión Ganadera Regional del Sur de Veracruz (UGRSV) con sede en Coatzacoalcos, del molino de Arroz “Javier Rojo Gómez” de Acayucan -inyectándole recursos económicos ya que había quebrado en el año 1978 por una deuda cercana a los seis millones de pesos- y del periódico porteño El Diario de Sotavento. Desde su residencia de El Mangal, municipio de Oluta, Veracruz, Vázquez Lagunes promovía y financiaba las campañas políticas de los candidatos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la presidencias municipales de la región, además de costear en su totalidad, la construcción de escuelas, capillas, puentes, clínicas rurales, y rehabilitación de caminos en comunidades no solo de la región, sino en varias partes del estado. En esa época, era común escuchar en Veracruz `El gobierno del estado y Cirilo Vázquez construyen´. Contaba con un impresionante sistema de seguridad compuesto de decenas de hombres fuertemente armados. El gobernador Acosta Lagunes trataba de contrarrestar la injerencia de Cirilo en los asuntos políticos a través del cuerpo policial Columna Volante después llamada Seguridad Pública. Agustín Acosta Lagunes fue un gobernador débil y más que gobernar, administró la entidad, opacada su administración, compartió el poder con Cirilo Vázquez Lagunes en el Sur, Toribio Gargallo Peralta El Toro en el Norte y Felipe Lagunes Castillo El indio en el Centro del estado. Fue muy comentado por la prensa estatal y nacional el atentado que sufriera Cirilo Vázquez en marzo de 1986 por elementos de la Policía Federal de Caminos en la carretera Costera del Golfo -entre Jáltipan y Texistepec- y en donde perdiera la vida Fernando López Bouzas quien fuera hijo del ex gobernador Fernando López Arias. Poco se supo de otro atentado que sufriera meses atrás en “El Mangal” y del que se salvara gracias a que al sicario se le encasquillara el cartucho cuando lo tenía en la mira y que para obligarlo a decir quien lo había mandado asesinar, el intruso fue echado a una leona que tenía Cirilo en su residencia de “El Mangal”. El activismo político y social desplegado por Cirilo Vázquez en varios municipios delo sur del estado, irritaba a los grupos políticos tradicionales de Acayucan y la región. El desaire al capitán Fernando Gutiérrez Barrios, entonces candidato del PRI a la gubernatura, aunado a los excesos de los grupos armados bajo las órdenes de Cirilo, fueron motivo para que Fernando Gutiérrez Barrios ya gobernador (1986-1988) y haciendo uso del ejército lo pusiera fuera de circulación, el domingo 22 de febrero de 1987, El hombre fuerte del Sur es detenido  junto con doce personas más por los delitos de “portación y acopio de armas reservadas para el uso del Ejército” y trasladado a las instalaciones militares de Tuxtepec, Oaxaca, después al cuartel de la XXVI Zona Militar del Puerto de Veracruz.  Fue internado en el Centro Penitenciario “Allende” del Puerto de Veracruz y después obligado por el propio gobernador a exiliarse en la ciudad de Puebla, Pue. Entre las personas de su confianza se encontraban Floriberto Santibáñez Gaona, José Luis Mortera Hernández, Carlos Velasco Jara, Valentín Domínguez Molina, Alfredo Valenzuela Calderón, Pablo Tadeo Cruz, Raymundo Pérez Acosta, Víctor López Nassar, Felipe Alafita Hipólito, Humberto Flores Flores, Domingo Gutiérrez Vela, Benjamín Serrano Garnica, René Montero Fernández, Amadeo de Gante López, Ana López Sánchez, entre otros.
          Negociador nato, Cirilo Vázquez vuelve a incursionar en actividades políticas en el año 1999, se enfrentó al entonces gobernador Miguel Alemán velasco (1998-2004) y con su sucesor Fidel Herrera Beltrán (2004-2010) luego de negociar con éstos y obtener prebendas políticas,  muere ejecutado en la ciudad de Acayucan, Veracruz, el 16 de noviembre del año 2006.

    Artículo completo y más fotografías en la segunda edición del libro "ACAYUCAN. RETRATO DEL PODER; Imágenes del pasado".




1981. Cirilo Vázquez Lagunes y campesinos de la región. Acayucan, Ver.

1982. Cirilo Vázquez Lagunes, El hombre fuerte del Sur convive con autoridades municipales y militares. En la foto: Víctor López Nassar, presidente municipal de Jáltipan y Floriberto Santibáñez Gaona, presidente de la Unión Ganadera Regional del Sur de Veracruz (UGRSV). Jáltipan, Ver.











viernes, 10 de abril de 2015

Fotos (2).

1938. Torres de la Parroquia "San Martín", Quiosco y el pozo y tanque de agua que surtia a la ciudad. La fotografía fue tomada desde la azotea de la casa del señor Carlos grossman, calle Zaragoza. Acayucan, Ver. 

1° de septiembre de 1949. Hospital Civil "Gral. Miguel Alemán", recién construido por la Comisión Ejecutiva del Papaloapan. Calle Ocampo. Acayucan, Ver.

viernes, 27 de febrero de 2015

El Siervo de la Nación.





José María Morelos y Pavón.

      Nació en Valladolid –Hoy Morelia- el 30 de septiembre de 1765, sus padres fueron don Manuel Morelos, que era carpintero y doña Juana Pavón. Murió fusilado en San Cristóbal Ecatepec, Estado de México, el 22 de diciembre de 1815.
       A la edad de treinta años, Morelos dejó la vida de arriero para entrar en calidad de capense –seminarista que tenía que usar una capa negra- al colegio de San Nicolás en Valladolid, del que era rector Don Miguel Hidalgo. Ordenado de presbítero se le confiaron los curatos de Churumuco y Huacana, y después presentándose a concurso, fue nombrado en propiedad cura y juez eclesiástico de Carácuaro y Nucupétaro –región de Tierra Caliente de Michoacán-.
      Siendo cura de Carácuaro se entera que su antiguo rector y los principales jefes del ejército independiente se habían detenido en una humilde casa de San Miguel Charo, Michoacán,  ahí se presentó ante Hidalgo para que lo admitiera en las filas de los insurgentes; Hidalgo y Allende le extendieron un documento que elaboró el secretario José María Chico y Linares, que decía: “Por el presente comisiono en toda forma a mi lugarteniente el Br. D. José María Morelos, cura de Carácuaro, para que en la Costa del Sur levante tropas procediendo con arreglo a las instrucciones verbales que le he comunicado”. Con el documento y sin solicitar recursos de ninguna especie se dirigió a propagar la revolución, fundándose en la justicia de la causa. Acompañando de un criado, dos trabucos y una escopeta de dos tiros se lanzó el cura a desafiar a los elementos que por espacio de muchos años había aglomerado el gobierno colonial. En Carácuaro armó un ejército formado por veinticinco hombres a quienes armó con lanzas. En Petatlán sorprendió la casa del capitán de milicias, haciéndose de fusiles, ahí se le juntaron más de cien hombres. El cura Manuel Abad y Queipo, obispo de Valladolid, había ya excomulgado a Hidalgo y a todo aquel que se uniera y simpatizara con el movimiento de Independencia. En poco tiempo se hizo de un ejército de más de tres mil hombres y vino a ser el principal eslabón en la guerra de independencia, cuando la ambición nulificó a Rayón. Rayón presidió la Junta de Zitácuaro y se nombró vocal a Morelos, éste desconoció esa Junta ya que Rayón actuaba como representante del rey Fernando VII.
      Morelos nombró al cura Mariano Matamoros y a Nicolás Bravo tenientes de su ejército, mandaba quemar los pueblos que servían al ejército realista y fusilaba a los traidores, mandaba sacar de los conventos el oro y bienes que pertenecía a los españoles y lo destinaba para gastos del ejército, en una ocasión se ordenó fusilar a un capitán de apellido Melgar y a un joven veracruzano apellidado Santa María, por haberse pasado a los realistas cuando habían prometido ser de los insurgentes; en vísperas de casarse este joven, presentó su novia un memorial a Morelos pidiendo la vida del preso, pero el caudillo puso fríamente al calce del escrito : “escoja otro novio más decente”.
      En agosto de 1813 en Chilpancingo, tituló Congreso a la Junta de Zitácuaro ante las rencillas que existían entre Rayón, Sixto Verduzco y José María Liceaga, expidiendo formal convocatoria procurando formar un gobierno que fuera generalmente reconocido. El 13 de septiembre de 1813, ante los miembros de la antigua Junta y los electores de Tecpam fueron reunidos en la parroquia del pueblo, ahí el caudillo Morelos hizo leer por su secretario Juan Nepomuceno Rosains un documento titulado “Sentimientos de la Nación”, en el cual expuso sus opiniones sobre el sistema que convendría adoptar y marcha que había de seguir el Congreso recién constituido; quería que desde luego se declarase que la América era libre e independiente de España y de toda otra nación, gobierno o monarquía, dando al mundo las razones; la religión católica había de ser la única sin tolerancia de otra, sustentándose los ministros con la totalidad de los diezmos, pagando el pueblo tan solo las obvenciones que fueran de su devoción y ofrenda. En política estableció que la soberanía dimanaba inmediatamente del pueblo, el cual quería depositarla en sus representantes, dividiendo su ejercicio en tres ramos; legislativo, ejecutivo y judicial; cuatro años durarían los diputados en sus puestos. No admitía privilegios en cuanto a las leyes generales, y abolía la esclavitud para siempre, así como la diferencia de castas; la propiedad debía ser respetada y el domicilio inviolable; no se había de admitir la tortura, ni dejar subsistentes la alcabala, debían ser confiscados los bienes a los españoles, que debían ser lanzados del país, y no olvidó establecer como ley constitucional la celebración del 12 de Diciembre como consagrado la Virgen de Guadalupe y la solemnización del 16 de septiembre (Grito de Dolores). También fue leída la lista de Diputados (José María Coss por la provincia de Veracruz). Morelos proclamó la República, el 15 de septiembre se reunió el Congreso para nombrar capitán general, recayendo el nombramiento en Morelos, cargo que rechazó alegando ineptitud, el pueblo reunido aclamaba a Morelos y exigió que se le obligara a aceptar el puesto, el caudillo pidió retirarse por dos horas a la sacristía de la iglesia y entre tanto el Congreso resolvió que no era admisible la renuncia y reconoció a Morelos como primer Jefe del ejército y depositario del poder ejecutivo de la administración pública, quedando así nombrado primer presidente. Morelos aceptó con condiciones: Que si venían tropas extranjeras nos e habían de acercar al lugar donde residía el Congreso; que por su fallecimiento había de tener el mando de jefe de mayor graduación; que el Congreso no le debía negar recursos y auxilios sin exceptuar a clase alguna del servicio militar. Prestó el juramento de defender la religión, la pureza de María Santísima, los derechos de la nación americana, y desempeñar lo mejor que pudiera el empleo que ésta se había servido conferirle. El Congreso le dio el título de Alteza que no quiso admitir, dándose él mismo el de “Siervo de la Nación”. Después de ese acto hizo el Congreso la declaración de independencia. La declaración de independencia daba color a la revolución, que desde el principio había dado por sentado que se trataba de separar la colonia de la madre patria, cuyo pensamiento era el de todos los mexicanos. El documento en el que se decretó la independencia fue redactado por Carlos María Bustamante, Diputado por México. Morelos salió de Chilpancingo el 7 de Noviembre para instalar el Congreso en Valladolid, no fue posible debido a la estrategia empleada por Agustín de Iturbide, quien estaba al mando de los realistas. De ahí en adelante ya no contó Morelos sino desdichas y nada pudo contener su ruina. El Congreso huyó de Chilpancingo, su segundo al mando Mariano Matamoros cayó preso y fue fusilado el 3 de febrero de 1914, nombrando a Rosains como sustituto de Matamoros, nombramiento que fue mal recibido por los otros jefes, aflorando las antiguas rencillas entre los miembros del Congreso, quienes mostrando desdén hacia el vencido, despojó a Morelos del ejercicio el poder ejecutivo, pero el Congreso le dejó el mando militar, despojándole del civil. Rosains fue derrotado y el Congreso tuvo que dejar a Tlacotepec en donde estaba guarecido. El 23 de febrero se dispersó el Congreso, Morelos no pudo defenderlo al frente de tan solo trecientos sesenta hombres, la mayoría desarmados. Galeana que se encontraba en la plaza de Acapulco poco pudo hacer por ayudarle y sin Matamoros, ya nada podía hacer Morelos, que regresó con un reducido número de seguidores, refugiándose en Petatlán y luego en Zacatula, en cuyos lugares mandó matar a todos los españoles prisioneros siguiendo el uso bárbaro de sus enemigos de hacer la guerra a muerte con el título de represalias. En Atijo, provincia de Michoacán, se encargó el caudillo de reorganizarse, se dedicó a reclutar gente como en los primeros días de la insurrección, con una escolta de cien hombres. Hermenegildo Galeana cae prisionero y al enterarse Morelos exclamó: “Acabaron mis dos brazos; ya no soy nada”. El Congreso se reunía para para activar la conclusión del Código constitucional, que fue sancionado en Apatzingán el 22 de octubre de 1914, firmándolo Morelos como diputado por el nuevo reino de León, y también firmó el Acta de Independencia el 24 de ese mes, siendo ya uno de los miembros el Poder Ejecutivo. Morelos estaba privado de mandar soldados por la categoría que se le dio, fue inutilizado por el Congreso el hombre que había presentado pruebas patentes de aptitud en la campaña y que apenas daba señales de su actividad en medio de una corporación deliberante, tomando el mando militar tan solo en circunstancias determinadas. El Congreso huye de Puruarán al tenerse conocimientos que Iturbide se preparaba para aprehenderlo, refugiándose Uruapam, el 29 de septiembre vuelve a dispersarse dejando una Junta subalterna en la provincia de Valladolid, para que en su ausencia ejerciera todos los poderes, formándola el general Manuel Muñiz, el Lic. Ayala y los señores  Dionisio Rojas, José Pagola y Felipe Carbajal, cuya Junta eligió a Taretán para residir.


La caída del caudillo.

      Los realistas Manuel Villasana y el coronel Manuel de la Concha persiguen a Morelos, quien cae prisionero entre el 4 y 5 de noviembre de 1815 en Temalaca, Puebla. El capitán de realistas de Tepecoacuilco, Matías Carranco, quien antes había servido a las órdenes del mismo Morelos fue quien lo alcanzó y al verle éste le dijo sin alterarse: “Sr. Carranco, parece que nos conocemos”. La captura fue solemnizada en el campo realista con aplausos y dianas, repitiéndose las muestras de entusiasmo donde quiera que llegaba Manuel de la Concha. El prisionero fue llevado por Concha a México, aunque Villasana le disputaba la gloria del combate; el virrey los ascendió a ambos a coroneles, dio un distintivo a Carranco y gratificaciones a la tropa; la marcha fue por Tepecoacuilco, llegando el reo el 21 a las cuatro de la tarde a San Agustín de las Cuevas, cargado de grillos, entre los ultrajes de una soldadesca desenfrenada y en medio del insultante regocijo de los pueblos dominados por el fanatismo religioso, y entró a México en la madrugada del 22, en cuyo mismo día comenzaron las actuaciones, estando nombrados con anticipación los jueces por la jurisdicción unida, siéndolo por la real el subdecano y auditor de la capitanía general Miguel Bataller, y por la eclesiástica Félix Flores Alatorre, provisor del arzobispado; se le hizo saber al reo, preso en las cárceles secretas de la Inquisición, que podía nombrar defensor, y contestando que a nadie conocía le fue señalado por el provisor el Lic. José María Quiles, abogado que no tenía la práctica del foro, y que aún estaba en el Seminario, previniéndole los jueces presentara la defensa en la mañana del 23.
      Más grande que en ninguna otra ocasión muéstrese Morelos al contestar los cargos que se le hicieron: a nadie quiso culpar para salvarse, y ante la tumba mantuvo la dignidad y la firmeza; al cargo de que había promovido la independencia y desconocido a Fernando VII, contestó que, primero, no estaba Fernando en España, y que aunque hubiera regresado, era motivo bastante para desconocerlo el que se hubiera puesto en manos de Napoleón, entregándole la España como un rebaño de ovejas, y que había corrompido su creencia religiosa; a los cargos sobre ejecuciones contestó que él las había dispuesto todas, cumpliendo con las órdenes de la Junta de Zitácuaro, del Congreso de Chilpancingo y en virtud de la ley de represalias; no negó haber dado órdenes para quemar las poblaciones cercanas a las que ocupaban las tropas del gobierno; se reconoció culpable de haber desatendido las amonestaciones del Arzobispo de México Francisco Javier de Lizana, quien emitió el Edicto en el cual se declaró válida y legítima la excomunión decretada por el Obispo Manuel Abad y Queipo; dijo que consideró inválidas las excomuniones lanzadas contra los insurgentes en cuanto a que a una Nación independiente, como la consideraba con los que formaban su partido, no podían imponerlas más que el Papa o un Concilio; sostuvo que no se había creído obligado a obedecer a Sr. Abad y Queipo porque no lo consideraba Obispo, y los males causados por la revolución los atribuyó a que en ésta siempre hay mucho qué lamentar; pero que cuando él entró a ella no creyó que se causasen, y que ya estaba dispuesto a ir a España a ponerse a las órdenes del rey o pasarse a Nueva Orleans o Caracas; aseguró que durante la revolución se había abstenido de decir misa considerándose irregular, y contestó a otros varios cargos aunque no de grande importancia.
      El defensor solamente pidió que no se diera al reo pena capital y se manejó con talento aprovechando las disculpas expuestas por Morelos, presentándolas como errores del procedimiento y aun se apoyó con habilidad en el estado que guardaba España , manifestando que el mismo Fernando desconocía lo que habían hecho las Cortes durante su ausencia y que Morelos tampoco había querido reconocerlas , y concluyó ofreciendo en el nombre del reo, que si se le concedía la vida manifestaría planes con los cuales quedaría pacificado el país; esto y las instrucciones que dio al virrey para la persecución de la guerra con buen resultado, y la intención que dijo había tenido de separarse de la revolución para presentarse al rey, con los pocos actos de debilidad de que dio pruebas Morelos durante su prisión, cuando el aislamiento y el encierro habían debilitado algo su voluntad. El gobernador de la Sala del Crimen y auditor de guerra Miguel Bataller remitió al arzobispo Pedro José Fonte y Hernández Miravete la causa para que el reo fuera degradado y se hiciera entrega de él, lo que el prelado rehusó alegando que también había que imponerle las penas que mereciese, previo el conocimiento judicial del delito; nombrando una Junta eclesiástica fue sentenciado Morelos a la privación de todo beneficio, oficio y ejercicio de orden y a la degradación que había de ejecutar el obispo de Oaxaca y luego entregaría el provisor al reo a la autoridad secular designada anteriormente por el rey.
      La Inquisición presentó el 27 de septiembre en traje de escarnio a Morelos y le hizo veintitrés cargos reducidos a los que ya habían hecho los comisionados de la jurisdicción unida, agregando otros. Se le acusó de haber comulgado cuando se lo impedía la excomunión, que no rezaba el oficio divino, que había enviado un hijo suyo a los Estados Unidos para que se educase en los principios protestantes, y que había tenido conducta relajada, a todo lo cual contestó con fuertes razones; no obstante las cuales el tribunal lo consideró hereje formal negativo, fautor de herejes, perseguidor y perturbador de las jerarquía  eclesiástica, profanador de los Santos Sacramentos, traidor a Dios, al rey y a la patria, y como a tal lo declaró irregular para siempre, depuesto de todo oficio y beneficio, y lo condenó a que asistiera a su auto en traje de penitente con sotanilla y vela verde, a que hiciera confesión general y tomara ejercicios, y para el caso remoto de que se le perdonara la vida, a una reclusión por todo el resto de ella en África, a disposición del inquisidor general con obligación de rezar todos los viernes del año, los salmos penitenciales y el rosario de la Virgen, fijándose en la iglesia Catedral de México un sambenito como a hereje reconciliado. Los diversos cargos fueron hechos por una junta compuesta de todos los teólogos consultores, a la que asistió el comisionado del obispo de Michoacán. El auto público y de Fe fue celebrado en el salón principal del tribunal por los dos inquisidores Manuel de Flores y Matías Monteagudo, el Fiscal del Santo Oficio doctor José Antonio Tirado y Flores, todos los demás ministros y cerca de trescientas personas de lo más selecto de la sociedad mexicana. “Colocados todos por su orden en sus respectivos lugares, los alcaides y secretarios del tribunal sacaron a Morelos de la cárcel secreta por la puerta que anteriormente comunicaba con el salón, vestido con una ropilla o sotana corta hasta la rodilla, sin cuello y descubierta la cabeza en señal del penitente”. La concurrencia acogió al reo con un murmullo de curiosidad impaciente, y sentado Morelos en un banquillo sin respaldo frente al dosel del tribunal, uno de los secretarios leyó el proceso que comprendía la confesión con cargos.
      Terminada la lectura de la causa, dispuso el inquisidor decano que el reo abjurara sus errores e hiciera la protesta de fe, observando en la reconciliación el ceremonial de la iglesia, recibiendo el prisionero de rodillas azotes con varas, dadas por los ministros del tribunal, mientras se rezaba el Miserere, y en seguida se dijo la misa rezada con asistencia del mismo reo. Luego se procedió a la degradación teniendo que atravesar Morelos de un extremo a otro de la sala con sambenito y vela verde, acompañándole algunos familiares del Santo Oficio; bajos los ojos y con pasos mesurados se dirigió al altar, donde, leída la sentencia por un secretario, se le revistió con los ornamentos sacerdotales de que le despojó el obispo de Oaxaca, según el ceremonial de la iglesia; aquél acto conmovió a todos y únicamente Morelos permaneció sereno, no se inmutó y tan solo algunas lágrimas furtivas rodaron por sus mejilla, cuando le restregaron las manos. Concluida la degradación, que por primera vez tenía lugar en México, fue entregado al poder militar que consumó su obra. El coronel Concha fue comisionado por el virrey para formar el proceso, siendo trasladado a la Ciudadela, donde estuvo con grillos y centinelas de vista, custodiándole doscientos soldados del regimiento de Tlaxcala; practicáronse varias diligencias hasta el 1º de diciembre, a nadie comprometió Morelos, que sostuvo siempre no haber hecho la guerra directa al rey, formó una minuciosa relación de los hombres y recursos con que contaba la revolución y aun ofreció formar un plan de las medidas que al gobierno le convendría tomar para la pacificación; se le concedió el que hiciera ejercicios espirituales, formando capilla en la pieza de su prisión, aplazando también al virrey darle la muerte hasta que se sometieran los insurgentes y que aún hostilizaban al gobierno.
      El auditor Bataller había pedido desde el 28 de noviembre que el reo fuera fusilado por detrás como traidor al rey, que se le amputara la cabeza para colocarla en la plaza de México, y la mano derecha en Oaxaca, y que se le confiscaran los bienes. Hasta el 20 de diciembre condenó el virrey a Morelos, de conformidad con el dictamen del auditor, a la pena capital; pero atendiendo a ciertas consideraciones, dispuso que la ejecución fuera en el exterior de la capital; y que no sufriera el cuerpo amputación de ninguna clase, y entonces se dio un nuevo indulto sin restricción alguna.  El coronel De la Concha intimó la sentencia al reo el 21 haciendo que la oyera de rodillas, e hizo llamar al cura Guerrero y otros eclesiásticos para disponerlo a morir; aunque se le dijo que la sentencia sería ejecutada a los tres días, ese jefe le hizo poner en su coche el siguiente día 22 a las seis de la mañana, con el Pbro. Salazar y un oficial, y escoltándolo la división de su mando tomaron el camino de la villa de Guadalupe. Morelos iba rezando diversas oraciones y es especial los salmos “Miserere y “De Profundis” que sabía de memoria; su fervor se encendía en cada plazuela que atravesaban de las varias que hay en el tránsito, creyendo que en algunas de ellas iba a ejecutarse la sentencia, y manifestaba mucho deseo de padecer en este mundo, temeroso de las penas del Purgatorio, aunque confiaba en la misericordia de Dios que sus pecados habrían de ser perdonados. Al llegar a la villa de Guadalupe, quiso ponerse de rodillas, lo que hizo no obstante el estorbárselo los grillos, y habiéndose detenido el coche cerca de la capilla del Pocito, Morelos dijo con serenidad al Pbro. Salazar: Aquí me van a sacar; vamos a morir. Aunque no era el lugar, pues solamente se desayunó y siguieron hasta San Cristóbal Ecatepec, pueblecillo de indígenas oculto entre montes de tierra salitrosa; ahí fue colocado en un cuarto en donde se guardaba la paja y tomó una taza de caldo; rezaba los salmos penitenciales, cuando el sonido de los tambores le anunció que estaban próximos sus últimos momentos; reconciliado con el Pbro. Salazar, se quitó el capote que llevaba, se vendó el mismo los ojos con un pañuelo blanco y atado los brazos con los porta-fusiles  de dos soldados que lo conducían aumentando los grillos su dificultad para andar, fue llevado al recinto exterior del edificio, y habiendo oído que el oficial que mandaba la escolta, haciendo una señal en el suelo con la espada dijo a los soldados hínquenlo aquí, preguntó: ¿aquí me he de incar? Le contestó el Pbro. Salazar sí, aquí; haga usted cuenta que aquí fue nuestra redención, y puesto de rodillas y a la voz del oficial atravesaron cuatro balas por la espalda al hombre más extraordinario que tuvo nuestra revolución por la independencia, y como todavía se movía y quejaba, otras cuatro balas acabaron de extinguir su existencia quedando inmóvil en un lago de sangre. Levantado el cadáver por  el Pbro. Salazar, le hizo vestir con el mismo capote que Morelos se había quitado para el acto de la ejecución, y lo enterró en la parroquia del mismo pueblo, a las cuatro de la tarde, en tanto que en México se publicaba un indulto amplísimo concedido por el virrey, y varias noticias favorables a los realistas que cobraron aliento, pues aunque la reputación de Morelos había decaído después de las derrotas de Valladolid y Puruarán, todavía no se había acabado la nombradía que ganara, como lo probaron el ansia general de verlo y conocerlo y la importancia que dio el gobierno a todos los incidentes del proceso. Tenía Morelos cuerpo pequeño, lleno de carnes, rostro moreno, sus ojos eran de color oscuro y las cejas muy pobladas y unidas, su mirada era viva y profunda; grave y sañudo su aspecto y de carácter frío, no señalaba los aefectos de su alma ni aún se inmutaba en los lances más difíciles de la vida. Modesto y de gran penetración, sabía conocer a los hombres y emplearlos en los ejercicios para que eran aptos; reservado y astuto no confiaba sus planes hasta el momento de ejecutarlos, y a faltas de grandes conocimientos poseía ingenio, agudeza y muchas dotes naturales. Era ameno en su conversación, salpicándola con chistes y cuentecillos graciosos.
      Vivió y murió pobre; hubo una vez que tuviera que vender sus vestidos para el pago de las tropas, y en la revolución perdió los pocos bienes que le habían quedado. Apoyado en sus convicciones marchó lentamente al logro de la independencia; seguro de que estaba en su derecho al usar de represalias, fusilaba calculadamente a los jefes realistas que caían en su poder, y firme en sus ideas religiosas se presentaba con toda tranquilidad en el mayor peligro cuando se había dispuesto como católico. En su escritura se reflejó su primera educación: redactaba de una manera descuidada, usaba frases vulgares –comunes-, palabras de campesinos y latinas, ponía textos de la Escritura en las banderas de sus tropas y daba nombres de santos a los regimientos; su apetito se aumentaba en el peligro, muy afecto a las pistolas llevaba siempre consigo varios pares de ellas, y comúnmente usaba un pañuelo amarrado a la cabeza para evitar los dolores, o una montera negra para resguardarse del aire. Fue hijo amante, hermano cariñoso y cumplido patriota. Verificada la Independencia fue declarado benemérito de la Patria y colocado sus restos mortales en la Catedral de México, al lado de los de los otros héroes, que son nuestro doble orgullo. Actualmente sus restos reposan en el Mausoleo de la Columna de la Independencia.

Extracto del libro: Los Gobernantes de México. José María Morelos y Pavón.
Edit. Citlaltépetl, Amar y Servir a Veracruz.
Autor: Manuel Rivera Cambas.
Prólogo: Leonardo Pasquel.
1964.
600 ejemplares.
Tacubaya, México. D.F.



      Recordémosles siempre para no perder el precioso legado que nos dejaron y sirvan de modelo a nuestro civismo, y de estímulo para imitarlos en cualquier caso de que nuestra Patria se vea amenazada por los extranjeros. También cuando gobiernos y funcionarios retrógradas trasgredan la Ley y los principio de nuestra Constitución, cuando los bienes nacionales sean dilapidados y ofrecidos a los extranjeros en perjuicio de la Nación. Recordémosles cuando los funcionarios se entreguen a los intereses de trasnacionales. Recordémosles cuando los que están en el gobierno y en el poder, apliquen la Ley a su conveniencia y agredan al Pueblo.





jueves, 27 de noviembre de 2014

Sueños Sibilinos.




SUEÑOS DE REBELDIA DEL PUEBLO


      Busca mi pueblo su triunfal victoria
realizada en la ansiada redención,
en la página azul de nuestra Historia
la justa voz de la Revolución.

      Busco en el alma el aliciente idioma
de este pueblo sagrado que amo tanto,
y contemplo angustioso que se asoma
su sentimiento que se vuelve llanto.

      Y le pregunto ¿Sientes Democracia?
¿están contento Pueblo Mexicano?
y me contesta ¡No! ¡No por desgracia!
¡todavía soy esclavo del tirano!

      Y pensativo queda en su letargo
anhelando aquel “quince de septiembre”…
¡esa sí es gloria!  dice, ¡Pero amargo
 el vano sacrificio de Noviembre!

      Y vomitando su ansiedad histeria,
crispa sus manos en su cara triste,
y parece gritar ¡Cuanta miseria!
¡cuantos injustos por gobierno diste!

      Y me arrodillo ante dolor sublime
de este Pueblo grandioso también mío,
y siento dentro el alma cómo gime….
¡campo desolador lleno de hastío!

      Quisiera convertirme en un gigante
sin odio, ni rencor que no me vicia,
pero enérgico y fuerte ir adelante
e interpretar fielmente la Justicia.

      Y grabar en el cielo soberano
el perdurable anhelo de los parias,
¡y sentir nuestro el suelo mexicano
ante las redenciones proletarias.

      Y sin poder articular palabra
me siento superior al opresor,
y auguro una proeza que se labra
en el sentir estoico de un clamor….


                                                  JBL.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Carabina 30-30.


Fusil Winchester Mod. 1894.
Fue diseñado por John M. Browning (Winchester 94 ó Win 94), y se fabricó principalmente en calibres .30-30 Winchester. También conocido como 30-30.

Tipo: Fusil de palanca.
Lugar de origen: Estados Unidos.
Diseñador: John Moses Browning (1894).
Fabricante: Winchester Repeating Arms Company.
Fecha de producción: 1894-2006.
Cantidad construida: Más de 7.500.000.
Peso: 3,1 kg. (6,8 lb). (37,8 in).
Longitud: 960 mm.
Longitud  del cañón: 508 mm. (20 in).
Munición: 30-30 Winchester (disponible otros calibres).
Calibre: 7,62 mm.
Sistema de disparo: Accionado por palanca.
Velocidad inicial: 2,490 ft/s (759 m/s).
Alimentación: 6 ó 7 cartuchos en cargador tubular bajo el cañón.

El fusil Winchester fue el arma más usada por lo rebeldes durante la Revolución Mexicana, por su destacado uso por las tropas villistas y zapatistas se le compuso el afamado corrido “Carabina 30-30”.
•También utilizaron el fusil Winchester M1895, pistolas Colt M1900, calibre .38, revólveres  Smith & Wesson calibres .32 y .38.
•El rifle Máuser M1895 calibre 7mm, fabricado en Oviedo, España fue la primera arma usado por el ejército porfirista.
•En 1902 Porfirio Díaz, firmó un contrato de adquisición para lo rifles Máuser, con la fábrica de armas Deutche Waffenund Munitions Fabrik (DWM) en Alemania. El modelo Máuser Mexicano modelo M1902 fue fabricado por DWM en Berlín Alemania y por la fábrica de armas Steyr en Austria.
•El rifle Máuser Mexicano modelo M1910 fue el primer rifle hecho en la Fábrica Nacional de Armas, durante el mandato de Porfirio Díaz. El rifle Máuser Mexicano M1910 se fabricó en México con tecnología y maquinaria Alemana, y bajo la supervisión de técnicos Alemanes.
•También se utilizaron armas de origen francés, inglés y estadounidense.
•Los magonistas que pretendieron tomar la municipalidad de Acayucan el 30 de septiembre del año 1906, utilizaron el Fusil "Springfiel" Mod. 1903, fabricado por la estadounidense "Springfield Armory", diseñada en el año 1902. El Partido Liberal Mexicano (PLM) las adquirieron en el estado de California, EE.UU.
•El emblemático rebelde sanjuaneño Santana Rodríguez Pérez, "Santanón", utilizó el Fusil Winchester Mod. 1894 (Carabina 30-30) y el Revólver calibre .44 Special S&W. Mod. 1857. 



Corrido: Carabina 30-30

Carabinas 30-30
que los rebeldes portaban
y decían los maderistas
que con ellas no mataban.(2)

Con mi 30-30
me voy a marchar
a engrosar las filas de la rebelión,
si mi sangre piden mi sangre les doy
por los habitantes de nuestra nación.

Gritaba Francisco Villa
¿Dónde te hayas Argumedo?
porque no sales al frente
tú que nunca tienes miedo. (2)

Con mi 30-30
me voy a marchar
a engrosar las filas de la rebelión,
si mi sangre piden mi sangre les doy
por los habitantes de nuestra nación.

Ya nos vamos pa’ Chihuahua
ya se va tu negro santo
si me quebra alguna bala
ve a llorarme al camposanto.(2)

Con mi 30-30
me voy a marchar
a engrosar las filas de la rebelión,
si mi sangre piden mi sangre les doy
por los habitantes de nuestra nación.







El fusil de la imagen perteneció al comunista Hipólito Landero, fue el arma usada por los agraristas que combatieron la asonada militar en la región de Acayucan en abril del año 1929, encabezada por el Gral. Jesús M. Aguirre, entonces Jefe de Operaciones de la Zona militar de Veracruz y quien apoyaba al general José Gonzalo Escobar, sonorense que lanzó el Plan de "Hermosillo" en oposición al maximato: El inicio de las imposiciones e influencia de Plutarco Elías Calles.



Agraristas de la región de Acayucan con sus fusiles Win, Mod. 1894.









martes, 5 de agosto de 2014

Sixto Aparicio Candelario.

OBRAS DEL MAESTRO

SIXTO APARICIO CANDELARIO.
Pintor, escultor y muralista.



Adquirir obras de este artista es una magnífica inversión, además de que refleja tu buen gusto.

ZAPATA. 2004



Media Luna. Pintura al óleo. 2002



Mujer alada. 2005.

Pareja bailando. 1995.

sábado, 3 de mayo de 2014

Historia del periodismo en Acayucan.

LOS PRIMEROS MEDIOS IMPRESOS DE COMUNICACIÓN.


En 1850 circulaban en Acayucan,  aunque con poca frecuencia, los periódicos Jornal Económico Mercantil y Diario Mercantil de Veracruz, ambos del puerto de Veracruz, de manufactura artesanal y de contenido comercial; también se leía en esta ciudad La Opinión de Jalapa (1863), El Correo de Sotavento y El Dictamen (1898). Con la introducción del ferrocarril México-Veracruz y posterior construcción de la Estación de Ojapa, municipio de Oluta, Ver., se incrementa notablemente la circulación de revistas, semanarios y periódicos foráneos. En 1900 se funda en la capital del estado La Gaceta JalapeñaEco de Jalapa (1915), Diario de Xalapa (1943), El Comentario (1958) y Tiempo (1965) circulando con regular asiduidad en la región.
Los primeros periódicos que se editaban en la capital del país y circularon en Acayucan son: El Demócrata y Regeneración (1900), en ambos escribían los liberales Flores Magón y Juan Sarabia; así también  El Universal (1916) y Excélsior (1917).
Monitor Republicano diario de contenido liberal y  editado en la capital del país,  publicaba el 8 de octubre de 1919: “En Acayucan, Ver., también se postula al Gral. Obregón. El Club Belisario Domínguez acordó sostener al único candidato del pueblo. Acayucan, Ver., octubre 5 de 1919”. Esta nota se refería a que este club político -constituido el 15 de septiembre de 1919- ante la proximidad de las elecciones en donde se elegiría al presidente de la República, senadores y diputados federales, se había declarado obregonista.
Los periódicos que se editaban en la entidad veracruzana no contaban con la tecnología de fotograbado, es a finales de los 50´s  cuando los diarios locales hacen uso de esta técnica, para el historiador veracruzano Miguel López Domínguez, El Dictamen es en el estado,  el primer periódico moderno en su aspecto y contenido, así como el primero  en utilizar el linotipo. En Acayucan, el primer rotativo editado por periodistas locales es el semanario Abecé, fundado en 1957 por Carlos Guillén Tapia. El profesor Manuel López Guillén quien fuera alcalde de Acayucan en 1954, funda el semanario TRIBUNA POPULAR en el año 1960, circuló durante un año. Carlos Guillén Tapia quien había dejado de editar Abecé funda el semanario DENUNCIA POPULAR en el año 1961 con una vigencia en el mercado de más de una década. El quince de octubre de 1961 empieza a circular el semanario MENSAJE editado por la “EDITORIAL ACAYUCAN” bajo la dirección general del profesor Manuel López Guillén, se imprimía a dos páginas y ya para 1964 cambia a ocho páginas, publicándose diariamente, a excepción de los lunes. Este periódico se convierte en 1965 en el Diario DEL SUR, de circulación regional y bajo la tutela del licenciado Ángel Leodegario Gutiérrez Castellanos entonces Notario Público Número 2, quien combinaba la política con el periodismo, se convierte en uno de los medios de comunicación impreso más influyentes de la época. Eran muy leídas los artículos: Ondas, de Ramón Inclán; Comidilla, de Anita Carpenter; Un poquito de Todo, de José Valencia Sánchez; Purgatorio, de Esperencejo Coto; Murmullos de Sociedad, de Ramón Vela López; Cátedra, de Modesto Peña Jara; Terraza, de Román Quiñones Domínguez, El Acayucan de Ayer, de Reginaldo Canseco Pérez.

Los semanarios Cámara (1966),  de Javier Zea Salas; Gráfico, de Leopoldo Zea Salas (1971) y ¡Ya! de Andrés Siu Hernández y que se publicaban en el Puerto de Coatzacoalcos se leían también en la ciudad de Acayucan.


¿Cuáles fueron los primeros periódicos locales y regionales que circularon en Acayucan?

La Opinión.  DIARIO INDEPENDIENTE DE LA MAÑANA.  Se funda en agosto de 1934 en la ciudad de Minatitlán, tenía aceptación entre la ciudadanía acayuqueña. En 1955 el director y administrador era el tabasqueño Manuel Rodríguez Olán. Sus oficinas se ubicaban en la calle Hidalgo No. 106, teléfono 32, apartado 34 de Minatitlán, Veracruz.
                           
Eyipantla.  DIARIO INDEPENDIENTE.  Fundado el 5 de noviembre de 1951 en la ciudad de San Andrés Tuxtla, Ver. Inició como un órgano semanal de la delegación XVI de la sección XLVI del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. La directiva la integraban: director, Profr. Adalberto Capitanachi; jefe de redacción, Profr. Primitivo B. Balcázar; jefe de distribución, Profr. Ramón A. Vargas; jefe de administración, Profr. Carmen Navarrete Nieves. Con oficinas en Gorostiza No. 17 de San Andrés Tuxtla, Ver. Años después el director es el Profr. Manuel V. Fortuno García y el gerente, el C. José Cerón Aguilar, cambiando sus oficinas a la calle Bocanegra No. 14-a. A pesar de que se editaba en esa ciudad tuxtleca, el ejemplar tenía bastante aceptación en esta ciudad de Acayucan.

Abecé. Al servicio de Veracruz. Por la grandeza de México”.  Semanario de Información y Literatura, empezó a circular en el año 1957, el director fundador es Carlos Guillén Tapia; jefe de redacción, Jonás Bibiano Landero.  Fueron colaboradores: Carlos Carvajal Sixto, Manuel Alemán R., José María Fernández, Lic. Miguel Moctezuma Barragán, Profr. Enrique Oliverto Munzens, Profr. Manuel López Guillén, Antonio Vélez González y Mario Quinto Fernández. Corresponsales: Profr. Sergio Domínguez Barragán y Profr. Luciano R. Antonio. El ejemplar costaba 0.40 centavos. Tenía sus oficinas en Ocampo sur No. 25 de esta ciudad de Acayucan, Ver.  Se imprimió un tiempo en los talleres “Standard” de la ciudad de Veracruz, luego en Córdoba, Ver.

DIARIO DE SOTAVENTO. PERIÓDICO INDEPENDIENTE DE LA MAÑANA. Propiedad de los hermanos Grajales Gómez, propietarios también de los periódicos El Sol del Soconusco y Diario Popular de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Inicia su circulación en julio de 1958 en la vecina ciudad de Coatzacoalcos, de cuatro páginas y de circulación regional, tenía aceptación entre la ciudadanía acayuqueña, el director general es Alfonso M. Grajales Gómez y David Molano, subdirector. Tenía un costo de $0.35 centavos. Las oficinas se encontraban ubicadas en la calle Corregidora 22-A, teléfono 3-18 de Coatzacoalcos, Ver.

ACAYUCAN. REVISTA DE ORIENTACIÓN SOCIAL.  Fundada en 1957 en la ciudad de Coatzacoalcos, Ver., con oficinas en Zaragoza No. 33. Se imprimía mensualmente en la capital del país y el ejemplar de 18 páginas circulaba además del Puerto, en las ciudades de Nanchital, Agua Dulce, Las Choapas, Minatitlán y Acayucan. Los directivos: Lic. Jesús Manuel Pérez Santos, fundador y director general; Lic. Remigio Salazar Gurría, gerente general; Dr. Luís Malpica Quiróz, asesor técnico; y Ángel Orueta Torres, encargado  de las relaciones públicas.

TRIBUNA POPULAR. Fundado por el profesor Manuel López Guillén en septiembre de 1960. Este semanario circuló por breve tiempo. Tenía sus oficinas en Melchor Ocampo Sur número 25 de la ciudad de Acayucan, Ver.

DENUNCIA POPULAR. “Momento Político de Veracruz”. El fundador y primer director general de este semanario es Carlos Guillén Tapia, empieza a circular en el año 1961. En 1972 lo suple en la dirección Rosalino Guillén Tapia, la administradora era la señora Margarita Rodríguez F. Tenía sus oficinas en la calle Francisco Javier Mina número 3 de la ciudad de Acayucan, Ver. Editado por la editorial “ALMASAN”, se imprimía en los Talleres Rotográficos E.P.I.P.S.A., en la ciudad de Puebla, Pue.

MENSAJE. DEL PUEBLO, POR EL PUEBLO, PARA EL PUEBLO. Semanario fundado el 15 de octubre de 1961, director fundador, Profr. Manuel López Guillén y el licenciado Ángel L. Gutiérrez Castellanos, gerente. Obtiene su registro de licitud expedido por la comisión calificadora de publicaciones y revistas ilustradas de la SEP el 8 de noviembre de 1961, of. Núm. 743.  A partir del año 1964 el director es José Antonio Gutiérrez Prieto, Yolanda Carlín de Gutiérrez, administradora y José Antonio Cadena es el encargado de la publicidad. Entre los articulistas y reporteros de este diario regional  se encontraban: Francisco Gómez Carpizo, Profr. Rubén Romo Romo, Profr. Alfredo Célis del Ángel Champson, Heliodoro Fonseca H., Profra. Mercedes Reyes de Oliverto, J. I. Teruí, Paciano Reyes, Enrique Oliverto, Ezequiel García Diez, Agustín Cerón López, Carlos Guillén Tapia, Dr. Sergio Rodríguez G., y Pedro Márquez C. Este periódico es el antecedente del Diario del Sur. La dirección general tenía sus oficinas en Melchor Ocampo sur No. 25, teléfono No. 67 y la gerencia general en la calle Guadalupe Victoria 19-B, teléfono No. 27  También ocuparon un local en  Hidalgo oriente No. 11 de Acayucan, Ver.  Se imprimía en los talleres linotopográficos de la COMPAÑÍA PERIODÍSTICA DE LOS TUXTLAS, S.A., de San Andrés Tuxtla, Ver.

Diario DEL SUR. Este periódico regional empieza a circular en el año 1966, sustituyendo al diario MENSAJE. El primer director es Andrés Siu Hernández y Ramón Roca Morteo, gerente. Con un costo de $0.50 centavos y cuatro páginas, este periódico tenía sus oficinas en la calle Pípila 4, teléfono 1-26. Editado por la “Impresora y Editora de Acayucan, S.A.”, en 1968 el director gerente es Ramón Roca y Carlos  Guillén Tapia, jefe de redacción. Arturo Reyes Isidoro es director en el año 1973; Ramón Roca, gerente; Yolanda Carlín de Gutiérrez, Administradora; Ricardo Torres Palomeque, jefe de publicidad y Adrián Medina Olaya, jefe de taller. En 1974, aún bajo la dirección de Reyes Isidoro, Jorge A. Cabrera Vera es Jefe de Redacción. En 1975 el director es Adrián Medina Olaya e Isidro Ibáñez Córdoba, jefe de redacción. El Lic. Ángel L. Gutiérrez toma la dirección general en 1979. Algunos articulistas y reporteros de este diario: José Valencia Sánchez, Anita Carpenter, Bulmaro Palma Montesano, Alfredo Célis del Ángel Champson, Modesto Rincón, Enrique Reyes Grajales, José Luis Miguel Ortíz S., José Arana Alvarado, Emilio Fonseca Patraca, Gustavo Cadena Mathey, Gregorio Pavón S., Modesto Peña Jara, Román Quiñones Domínguez, Ramón Vela López, Margarito Santiago Pérez, Clemente Villegas Reyes, José Luis Hernández Sosa, Roberto J. Román, Mauricio Carreón Tenorio, Fulgencio Plácido López, Miguel Alafita González, Reginaldo Canseco Pérez, Eva López Robinson, Gustavo González Godina.

CRISOL. DIARIO INFORMATIVO INDEPENDIENTE. Se funda en 1963.  Director gerente  Profr. Joel Vargas Cruz, Profr. Alfredo Célis del Ángel, subdirector gerente; jefe de redacción, Profr. Darío Fernández; administradora, Yolanda Tuffiño Medel y en la publicidad a Ramón Vela López. También tuvo como director gerente a Rafael Pavón Bremont (quien era el propietario) y Antonio Santos Ríos, jefe de redacción. Colaboraban en este Diario: Nahúm Hernández Carrión, Ángel Cruz González y Agustín Saiz Mayo. Tenía sus oficinas en la calle Constitución No. 1, teléfono No. 152 de Acayucan, Ver.

DIARIO DEL ISTMO. LA VOZ DEL ISTMO. Este rotativo es fundado en el año 1979 por el jalapeño Rubén Pabello Acosta (funda también  en 1943 en la capital del estado El Diario de Xalapa).  José Luis Becerra adquiere este periódico en 1982. A partir de este año, Diario del Istmo se publica bajo la “Editora la Voz del Istmo, S.A. de C.V”. A la llegada de José Pablo Robles Martínez en 1983, como director general, este periódico se convierte en el medio de comunicación más influyente del sur del estado, llegando inclusive a sortear presiones de carácter político.




¿Cuál fue la primera radiodifusora?

XEVZ. La radiodifusora surge al aire el 20 de diciembre de 1960, fue fundada por Carlos Ferráez Matos, la planta tenía 250 watts de potencia. Raymundo Martínez Domínguez adquiere la radiodifusora en 1964. El 4 de septiembre de ese mismo año obtiene de la Secretaría de Comunicaciones la autorización para elevar la potencia a 1,000 watts. César Mas Pons era el gerente, las oficinas se ubicaba en la calle Hidalgo Pte. No. 15 de Acayucan, Ver.


Nota: Tomado del libro: "ACAYUCAN. RETRATO DEL PODER; Imágenes del Pasado".
Autor: Iván C. Bibiano-Landero Rubín.
2da. Edición.